Derechos de los Niños en Conciencia de Krishna

Introducción

por Srila Atulananda Acharya

Una sociedad ideal debería ser controlada por el amor, o bien, por el amor y la confianza, como acostumbraba a decir nuestro Srila Prabhupada. Él nos enseñó que en los tiempos Védicos el rey y la reina actuaban como buenos padres protectores de sus ciudadanos, y que incluso algunos de ellos, como en el caso de Sibi, dieron carne de su propio cuerpo para proteger a un simple palomo.

Al ver las cosas bajo este prisma nos resulta vergonzoso tener que hablar de los derechos de los niños, pues con esto reconocemos que la sociedad ha llegado a un nivel de insensibilidad e irresponsabilidad nunca antes imaginados.

La simple visión de uno de ellos debería enternecer el corazón de cualquier observador, pero parece que esto ya no es así, y peor aun, no sólo no lo es para un observador que lo desconoce, sino que también para sus propios padres, los que, en muchos casos, ya hubieran querido matarlo antes de él nacer.

La imagen de un niño, de una mujer o un anciano, son un llamado natural a dar nuestro afecto y protección; pero en la medida que la conciencia materialista crece en la sociedad, estos tres se han vuelto las víctimas principales de un mundo cada día más sórdido y abusador.

Bienvenidos sean estos niños que, entre otras muchas virtudes, nos obligan a desarrollar nuestro afecto, paciencia, tolerancia, creatividad y responsabilidad.

La encarnación de Dios, Rsabhadev, dijo que es el deber de los padres conducir a los hijos por el camino de la liberación; de este modo, el hijo vuelve de inmediato en gurus a sus padres. ¿Puede haber mayor bendición de responsabilidad hacia nuestro Creador?

De este modo, cada vez que tenemos un hijo, Dios nos está diciendo: "Pongo esta alma bajo tu cuidado. Al igual que a ti, le di este maravilloso regalo del cuerpo humano, enséñale a sacarle el mejor provecho, enséñale a utilizarlo en el máximo bien, que es el de dedicar su vida por entero a venir a Mí..."

Recibir un deber o una gran responsabilidad, es garantía de que en un futuro uno obtendrá el fruto de esa gran responsabilidad, por lo que uno debe ver esto como una gran bendición; pues si la vida no te envía nada de qué responsabilizarte, significa que ella no espera nada de ti, y que nada especial te espera dar.

Por ello, al volvernos conscientes de los muchos derechos de los niños, los cuales, como hemos visto, alcanzan incluso el rango de lo trascendental, nos volvemos más conscientes de esas responsabilidades que nos alejan de una conciencia animal.

Profundicemos más y más en la meditación de estos derechos, no olvides que cada niño es para nosotros una exigencia de dar amor, ellos son así una bendición en la tierra, cuando la sociedad se rige por los puntos citados en este trabajo, que están en armonía con la religión superior.

Muchas Gracias.

Vaisnava Dasanudas

Atulananda Das

01.2003